domingo, 21 de marzo de 2010

Puerto Infante y el castillo de Diempures.



En el día de Pentecostés del año 1162 el infante regente Alfonso, hijo de los reyes de castilla Sancho III "el Deseado", y Blanca Garcés de Navarra, contaba con 7 años. Su tío Fernando II de León quería capturarlo para apoderarse de la Corona Castellana. Pero la intervención de un hidalgo sacó al pequeño del palacio y le puso bajo custodia de una serie de villas leales de Castilla entre ellas Atienza. En esta población un grupo de arrieros se encargarían de llevar al infante atravesando Segovia hacia Avila otra villa leal a la corona.

Los arrieros atencinos tuvieron que pasar varios pasos montañosos en su misión, uno de ellos estaba dentro de la Sesma de Transierra del Señorío de Ayllón junto a la aldea de Cantalojas. Cuando se acercaban al límite de este señorío sobre el cauce del río Sorbe, se elevaba sobre una eminencia del terreno el castillo de Diempures, hoy en día llamado "Castillo de los Moros" por la gente del lugar y que fue castro íbero y posteriormente en la reconquista aprovechado para colocar una torre vigía y un pequeño reducto militar para controlar la comunicación entre las Mesetas. La compañía ya después de un día de trayecto decidieron hacer noche en el mismo para a la mañana siguiente continuar su marcha.

Al día siguiente se pusieron en camino a través de la senda que seguía el cauce de un arroyo y que atravesaba un frondoso pinar, para divisar a su derecha la población de Cantalojas, pueblo que se dedicaba a la ganadería y al pastoreo de la zona. El terreno empezó a empinarse de manera suave pero continua hasta llegar a un collado que daba vista a la aldea de El Muyo, ya en la vertiente del río Duero.

Desde allí el infante llegó a salvo a Avila y posteriormente fue proclamando como Alfonso VIII rey de Castilla, a raíz de este acontecimiento los arrieros fueron nombrados caballeros por el monarca y les fue concedido un Fuero en favor de la Hermandad, hoy en día se recuerda en Atienza con la fiesta de "La Caballada". El monarca reinó y consiguió grades logros como la victoria en la"La Batalla de las Navas de Tolosa". También quedará, en estas tierras, para la eternidad el recuerdo de este paso, custodiado por el castillo de Diempures, hacia Segovia, como el "Collado de Puerto Infante".


jueves, 18 de marzo de 2010

El Paso Honroso



En mis viajes de trabajo por España he descubierto lugares que no son muy conocidos, pero que encierran magia y leyenda. Todo empezó cuando en un pueblo de León a orillas del rio Órbigo, situado en pleno Camino de Santiago, me encontré con puente que poseía una historia, esta historia venia reflejada en una placa informativa y recitaba lo siguiente:

"...Corría el mes de enero del año santo jacobeo de 1434;don Suero, hijo de don Diego de Quiñones, caballero del rey Juan II y poeta de la corte, solicitó de su señor el consentimiento para celebrar un torneo. En Medina del Campo se firmaron las Ordenanzas del Passo Honroso.

Enamorado de doña Leonor de Tovar, don Suero penaba su amor con ayuno y sosteniendo cada jueves de su cuello, una pesada argolla. Para ganar la admiración de la dama y acompañado por uss 9 mantenedores, desafío a todos los caballeros que osaran venir a luchar al lugar de La Puente de Órbigo, prometiendo tronchar hasta 300 lanzas.

Por el mes de julio se alzaron al pie del puente la liza. los cadalsos y tribunas desde donde el pueblo presenciaría los combates y 22 tiendas dispuestas para acoger el trasiego de damas, caballeros, armeros, trompeteros, médicos y capellanes, durante los 30 días que duraron las justas.

Sólo interrumpidas para celebrar el día del patrón Santiago, nobleza, jueces, escribanos y notarios, como Rodríquez de Lena, que registró el acontecimiento en el "Libro del famoso Passo Honroso", acudieron a estas justas, peligrosas como pocas por celebrarse, según recogían las ordenanzas, sin escudo. Más de 60 caballeros llegados de Francia, Alemania, Portugal y España, batieron sus armas en 727 carreras. Si llegado el momento, alguno decidía no medirse en justa, deberían cruzar el río por el cauce, lo que acarreaba fama de cobarde. Sólo estaban exentos de lucha los peregrinos que pudiesen atestiguar su condición con una carta de su párroco.

Las 166 lanzas que se rompieron fueron suficientes para liberar a don Suero. Tras la gesta y el merecido descanso en su castillo de Laguna de Negrillos, peregrinó con sus caballeros para postrarse ante la tumba del apóstol Santiago, a quien ofreció una réplica en oro de la argolla con la inscripción:

"SI A VOUS NE PLSYST AVOYR MESURA CERTES IE SUY SANS VENTRUA"
-que será de mí señora, si no moderáis vuestro rigor-

que todavía luce en el cuello del busto de Santiago el Menor custodiado en la capilla de las Reliquias de la catedral compostelana.

Un año más tarde, don Suero se casaba con doña Leonor; veinticuatro años después, uno de los caballeros derrotados en las justas, acabaría con la vida de Suero de Quiñones."

Después de leerlo decidí que estos lugares deberían ser recordados de alguna forma, con este blog espero que aunque sea desde la lejanía, disfrutéis de estos lugares.